viernes, 31 de octubre de 2008

En esencia estamos bien

Muchas de las cosas que vivimos como adulto se deben a nuestras decisiones tempranas. Llegamos a esas decisiones o acuerdos sacando conclusiones con la poca capacidad de deducción e información que teníamos de niños. Ya a los tres años nos hemos formado una idea de cómo es el mundo y cómo encajamos nosotros en él, si somos dignos de recibir cariño y lograr cosas o no; es decir si somos “buenos o malos” y si los demás son “buenos o malos”.

Esas decisiones se grabaron como sellos en nuestra consciencia y tiñen nuestra percepción de lo que somos y de lo que merecemos y podemos vivir. Esas decisiones tempranas son la base de lo que vivimos, aunque las hayamos olvidado.

Entonces, si decidimos siendo apenas unos niños, AHORA podemos decidir con mucho más información, capacidades y comprensión.

Podemos decidir cambiar esas grabaciones. Hay programaciones que se grabaron en momentos de gran dolor, o angustia por miedo a perder el amor de los que nos rodeaban, miedo a morir, etc. Esas son las grabaciones más profundas y en muchos de los casos se requiere de psicoterapia; sin embargo, también podemos borrarlas con un decidido trabajo con nosotros mismos en el que sacamos fuerzas y decidimos pensar, sentir y hacer algo diferente. Hay otras grabaciones que se borran sin mayores esfuerzos, con la sola toma de consciencia.

Es común ver que nos desanimamos y sentimos que estamos mal; se dispara ese niño que fuimos y que todo lo veía blanco o negro, bueno o malo, entonces decimos soy malo (estoy mal). Pero SOMOS SERES ESPIRITUALES EN EVOLUCION, recordemos que somos hijos de Dios, perfectos en esencia. Como decía Eric Berne, creador de la escuela de psicología Análisis Transaccional, todos nacemos como príncipes y princesas y a veces la educación nos convierte en sapos. Todos podemos volver a ser príncipes y princesas; todos (por lo menos 99,9%) lo somos en esencia.

Así que Yo Estoy Bien y Tú Estás Bien, … con cosas que mejorar y cambiar; esas cosas no forman parte de nuestra esencia como hijos de Dios; somos en esencia BUENOS, seres de amor, inteligencia y buena voluntad, con recursos ... y uno de esos recursos es la capacidad de análisis, la capacidad de buscar ayuda, de cambiar cosas como seres co-creadores de nuestra realidad.