viernes, 16 de abril de 2010

Espiritualidad dorada


Paz, gratitud, protección divina y socialización son algunos de los beneficios que los adultos mayores encuentran en la vida espiritual, lo cual redunda en una mejor salud.

"Fue cuando enviudé y observé el deterioro de mi salud que hice una revisión de mi vida. Empecé a ir a la iglesia y a interesarme por otras cosas, no solo por cuestiones materiales y terrenales. Ahora me reconforto orando, hablando con Dios, ayudando a otros". Relatos como éste son comunes en personas que luego de pasar el umbral hacia la tercera edad han encontrado en la espiritualidad respuestas para sus inquietudes existenciales, beneficios para la salud y muchas otras satisfacciones.

En la etapa de la vejez, en la que se suele hacer una retrospección de lo vivido, son muchos los que buscan un acercamiento a Dios. Algunos apelan a su sentimiento religioso para encontrar el consuelo que necesitan, la fuerza para seguir viviendo luego de la pérdida de seres queridos y del deterioro de la propia salud. La espiritualidad, que tal vez en la juventud quedó a un lado por atender las urgencias e intereses en los campos familiares y laborales, parece tener mayor cabida en lo que algunos llaman el ocaso de la vida. Y surgen las preguntas: ¿Hice bien con mi vida? ¿Me perdonarán los que ofendí? ¿Cuánto tiempo me queda en esta tierra? ¿Al dejar este cuerpo, seguiré existiendo? ¿Para dónde iré? ¿Será verdad eso de la luz al final de un túnel?

En la etapa en que comienzan a irse los amigos y compañeros de vida, la posible cercanía de la muerte (la de amigos y familiares y la propia) nos puede enfrentar a muchas preguntas y a la necesidad de respuestas y de darle un sentido de trascendencia a la vida. Además, son pocos los que no acuden a una plegaria o a un ritual religioso para despedir a un ser querido y en cierto modo proteger el alma que deja su cuerpo. La religión y la espiritualidad en general se hacen más presente en la vejez.

El sentimiento religioso y la espiritualidad van más allá de pertenecer a una religión o una corriente religiosa específica. Una persona puede ser considerada religiosa porque cumple con todos los rituales y cultos de una religión, pero es posible que no sienta la devoción o el sentimiento de comunión que puede experimentar un sujeto dedicado a ayudar a otros y que rara vez va a una iglesia. Otros pueden sentirse cerca del creador del universo con el solo contacto con la naturaleza y con el servicio al prójimo.

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http://www.estampas.com/2010/04/03/tem_arti_espiritualidad-dorad_1800413.shtml