lunes, 18 de mayo de 2015

Hábitos para vibrar alto

¿Te gustaría estar  armonioso, con alta vibración, sintiendo la presencia amorosa de Dios en tus ocupaciones y vivencias?
Ante la gran cantidad de distractores, estímulos e informaciones que recibimos a diario que nos pueden empujar a la negatividad, necesitamos estrategias y hábitos para mantenernos armoniosos, sintonizarnos con la ayuda divina y ser canal para enviar las buenas vibraciones a nuestro mundo.

Imagina que eres este personaje que nos cuenta cómo se mantiene en alta vibración en su día a día:
Me despierto y pongo atención al cuerpo, sensaciones y emociones; aumento así mi nivel de conciencia. Doy gracias por el nuevo amanecer ¡Gracias Padre Celestial por la vida y por un día nuevo para disfrutarlo!

Si recuerdo qué soñé, lo analizo y lo dejo en un espacio de mi mente, como un mensaje que se va aclarando a medida en que avanza el día. Ah, porque mi Ser Superior muchas veces me habla en sueños, a través de imágenes, sensaciones, ideas.
Me ducho y doy gracias a Dios por los elementos, el agua, el fuego que la calienta, el aire que respiro... Le pido a mi ángel de la guarda que bendiga el agua y me depure el aura. Con frecuencia, me baño con sal marina, limón, o esencias de rosa para limpiar el aura y energizarme.

Desayuno y, como cada vez que me alimento, bendigo la comida. Gracias Padre-Madre celestial, bendice estos alimentos y la abundancia que me das cada día. Bendigo la abundancia de todos, en especial para todos los niños del mundo.

Con frecuencia desayuno tomando sol en mi ventana.

Le pongo cristales de cuarzo al agua, mantras, bendiciones.

En la vía a mi trabajo escucho las noticias; me informo con moderación. No veo programas ni películas de violencia, melodrama o terror. Nunca el televisor es lo último del día a lo que le presto atención.

En el intercambio con otros, en la calle, la comunidad o el trabajo me abstengo de quedarme solo en las quejas y las críticas. Cada vez que me entero de injusticias, escasez, inseguridad, corrupción, afirmo mental o verbalmente: bendigo el bien en esta situación. Invoco la justicia y el orden divino. Yo contribuyo al bien, Yo soy una persona honesta y correcta. Hago afirmaciones diariamente: Yo soy la resurrección y la vida de la justicia y limpieza aquí y ahora.

Siempre saludo. Saludo en el ascensor, en las oficinas... digo por favor y gracias a cada persona, en especial a los que me prestan algún servicio.

Escucho con atención a quien me habla de lo que está sufriendo. Procuro terminar esa conversación con una frase de apoyo, optimismo y esperanza. Con frecuencia, hago ho'oponopono por todo  lo que me entero: Dios pido perdón por las causas de esta situación que estén en mi subconsciente, me perdono, pido perdón. Invoco la llama violeta del perdón para que sane en mí, y en mi mundo, las causas de lo que sea distinto a la armonía.

En el tráfico, canto varias cosas, en especial mantras.  Si me molesto, respiro y digo en mi mente: te perdono, me perdono, ¡Dios perdónanos; mando luz; te amo Dios, gracias! Y vuelvo a cantar.

Me apoyo y nutro
Cuido lo que me digo, en especial frente al espejo.

Con frecuencia, miro al cielo en la noche, siento la brisa y las estrellas.

Leo; siempre leo algo que me enseñe y me conecte con la espiritualidad.

Trabajo:
Antes de empezar cada trabajo del día, le pido a los ángeles que me guíen. Digo: dedico esto al bien.

Pongo una alarma en mi celular a media mañana y media tarde. Al sonar, reviso mi respiración, mi postura corporal, emociones y pensamientos. Relajo el rostro, sonrío. Es un recordatorio que me ubica en el presente; me percibo y percibo lo que me rodea, es un ejercicio para estar en el aquí y el ahora y aumentar mi estado de alerta serena y nivel de conciencia.

Al recibir dinero, afirmo: Dios, bendice este dinero que me das; y pienso en las palabras: amor, gratitud y respeto, para limpiar los billetes.

Amor y disfrute
Por lo menos una vez al día, saludo a mis familiares y mis amigos, compartimos una carita feliz. Siempre hay motivos para reírnos.

Todas las noches, hago una pequeña oración con mi familia. ¿Qué fue lo que más te gustó del día de hoy? Le pregunto a mi niño. Compartimos el amor y gratitud a Jesús y los ángeles. Virgen María, cúbrenos con tu manto de luz.

Meditación
Todos los días medito o  me comunico con mi Cristo Interno.

Relajo mi cuerpo antes de dormir, antes de acostarme. Doy gracias por el día vivido, hago un recuento de lo que hice y agradezco. Pido purificación energética, visualizo una luz violeta en espiral que me envuelve para depurar mi aura. Me concentro en el amor en mi corazón, y así entro en meditación, para flotar en la luz de dios.

Por lo menos una vez a la semana medito por mi país, visualizo y siento la alegría y el avance para mi país.

Ya de nuevo en mi cama, pido a mi ángel que envuelva mi cuerpo en una protección de luz divina. Pido que mi alma vuele a un templo de sanación y aprendizaje. Agradezco la confianza en que habrá un amanecer y que despertaré, en mi cuerpo físico en el plano terrestre, o del otro lado de la luz.

Gracias Dios por la vida, por un día, una noche más. Gracias por las personas que amo, por todo lo que me has dado y todo lo que estás por darme.

¿Qué tal? Piensa cuáles de estos hábitos adoptarías. Por favor comparte con tus comentarios aquí o por twitter (@teresaleon); cuéntanos cuáles son los hábitos o prácticas que te ayudan a mantenerte en alta vibración.

Algo que repitas por 21 días seguidos se incorpora a tus hábitos. En la práctica está la clave. Pídele al arcángel Miguel constancia y fuerza para arrancar y mantener esos 21 días, luego será más fácil. Recuerda que al subir de vibración contagias a otros con tu alta energía. Al aumentar tu luz, aumentas la luz de todos; todos somos uno.

Al avanzar tú, avanzamos todos.

domingo, 3 de mayo de 2015

Para la elevación de las almas

Los desastres naturales o catástrofes estimulan la compasión y la solidaridad. En esos momentos, la mayoría de nosotros sentimos que no hay barreras de nacionalidad, ideología o religión para el deseo de ayudar y mitigar el sufrimiento humano.

Entre las distintas maneras de colaborar está la ayuda que podemos brindar a las almas que desencarnan en un acontecimiento como un terremoto o un accidente.

Las almas de las personas que mueren repentinamente y en masa pueden quedar aturdidas, confundidas o perdidas; algunos pueden creer que aún están viviendo en sus cuerpos. Podemos interceder y pedir que sean guiadas y elevadas a los planos que les correspondan.

Luz de protección y elevación
Antes de hacer cualquier petición u oración, pide la protección de tu ángel, o de Jesucristo, la Virgen o la Divinidad directamente. Lleva la atención a tu corazón, visualiza allí la luz divina, siente cómo se expande y te envuelve en una esfera de protección.
La luz es símbolo universal de Dios, del bien en su máxima expresión.

Invocamos al arcángel Miguel y a sus legiones de ángeles. Te invocamos arcángel Miguel, te pedimos que cubras con tu luz las zonas afectadas. Les pedimos, ángeles, que formen túneles de luz para que iluminen y  guíen las almas desencarnadas a los altos planos de conciencia.

En servicio amoroso prestamos nuestra mente, como hijos de Dios, para que con nuestra visualización ayudemos a crear, junto a los ángeles, una esfera de luz envolviendo a cada alma que haya dejado su cuerpo en situaciones dolorosas.

Imaginamos cómo miles de ángeles elevan las almas en brillantes esferas de luz.

Por la tierra
El arcángel Zadkiel, del perdón, la transmutación y la liberación, envuelve las zonas afectadas con luz violeta, aliviando los corazones y las mentes de los que han sobrevivido y las almas de quienes han partido.  Su luz penetra en la Tierra y se expande en ondas que van tranquilizando  y armonizando las capas internas del planeta.

La atmósfera de las zonas afectadas se impregna de la energía de liberación, elevación, consuelo  y fortaleza.

Arcángel Zadkiel, pedimos perdón por toda la negatividad que hemos lanzado al planeta, un ser vivo que se sacude para depurarse. Pedimos perdón a los elementales, a cada ser que habita en esta Tierra. Zadkiel, ayúdanos a perdonarnos y perdonar. Libera de nosotros las memorias dolorosas relacionadas con catástrofes y tragedias.

Madre tierra, te pedimos perdón por todo lo que hay dentro de nosotros que esté causando catástrofes y dolor. Dios, todo poderoso, borra de nosotros todo lo que cause sufrimiento a la humanidad.

Amado Jesucristo danos tu fuerza para mantenernos en la compasión y enviar sólo buenos pensamientos y buenas vibraciones a los que están necesitando tu ayuda.

Gracias, gracias, gracias.