domingo, 9 de agosto de 2015

Un ejercicio para la paz


Hola, vamos a tomar estos minuticos para subir de vibración. Mientras lees esto, toma una respiración profunda. Suelta el aire lentamente. Mueve el cuello, suelta las tensiones de la cara y de los hombros. Dedicamos estos minutos al bien, a Dios. Le pido a los ángeles y al Arcángel Miguel que mientras leas esto te llenen de luz y recibas las bendiciones que Dios tiene para ti.

Ahora, imagina que mientras estás leyendo empieza a entrar una luz blanca por tu cabeza que va recorriendo tu cuerpo por dentro y por fuera. Lleva la atención al corazón e imagina allí una llama, como de una vela, o más grande, o un sol...

Empieza a imaginarte viviendo una vida mejor. Sólo te conectas con la alegría. Hazlo como un niño que está disfrutando de su fantasía, con total libertad para imaginarse alegre, feliz, cumpliendo sus sueños. Sólo lo positivo. Observa sólo lo positivo, el bien que quieres para ti y para los que te rodeen. Sólo lo positivo, lo grande, hermoso, lo digno de un hijo de Dios.

Ahora amplía la pantalla de la película que te estás creando. Empieza a ver a tu país un día soleado, siente la brisa, ve las flores... pasa un automóvil con una suave música que contagia de alegría. Hay confianza entre las personas que se cruzan en la calle, en los semáforos, hay un ambiente de paz, alegría, comodidad, abundancia. Hay calles limpias, hay un aire limpio. Pasa un autobús escolar y se oyen las risas de los niños. Hay paz, abundancia de todo lo bueno, hay alegría. Se siente un aire de espiritualidad; como un día en que muchos, muchos han rezado, han orado, han agradecido la vida, un día de comunión, como en Semana Santa, pero con mucha, mucha alegría y paz.
Te das cuenta de que no es solamente imaginación, sino que lo estás sintiendo, lo estás viviendo y como hijo de Dios, lo estás creando. Estás creando paz, alegría y confianza en este mismo momento; con el poder de tu mente, aunada a seres de luz, a ángeles y Arcángeles, unidos con otros que están haciendo el mismo ejercicio de paz, de crear un mundo mejor... Tu mente es poderosa porque eres hijo de Dios. Cuando tú visualizas con la intención de unirte a Dios, a las fuerzas del bien, es Dios quien está visualizando a través de tu imaginación; y cuando Dios ve, es un decreto irrevocable de que se manifieste esa visión en el plano físico. Así es. Usemos este poder para ayudarnos a crear desde altos planos de energía, conjuntamente con las acciones que tengamos que emprender en el plano físico.  Hazlo, confía...

En este momento, me uno a ti y a todos los seres que estén orando, meditando, creando un mundo mejor, un planeta mejor para todos... nos unimos a todos los ángeles, a nuestro amado maestro Jesús, a la Virgen María,  y en especial al Arcángel Miguel.  Te pedimos Padre-Madre Celestial, Divinidad hecha ángeles y arcángeles que nos hagas instrumento de tu luz divina, para que canalicemos y manifestemos el bien, para que cumplamos tu voluntad divina, que estamos seguros es el bien para todos.

Te pedimos Arcángel Miguel que cortes con tu espada de fuego azul toda oscuridad de nuestra mente, emociones y acciones; de cada uno de nosotros y de nuestro país, nuestro continente y nuestro planeta... corta y libera toda duda de que estamos avanzando, corta y libera, transmuta y disuelve todo lo que nos aleje de la honestidad, el amor, la inteligencia, la rectitud, la bondad, la paz, la justicia y la abundancia de todas las bendiciones que Dios nos quiere dar.

Que la unión de todo el poder de Dios, el poder que mueve a los planetas y a la naturaleza entera, que el Gran Poder de Dios se manifieste para limpiar y purificar y restablecer la luz aquí y ahora. Amén. Gracias ángeles y arcángeles, gracias Jesús, gracias Virgen María, gracias Dios.