domingo, 9 de agosto de 2015

Un ejercicio para la paz


Hola, vamos a tomar estos minuticos para subir de vibración. Mientras lees esto, toma una respiración profunda. Suelta el aire lentamente. Mueve el cuello, suelta las tensiones de la cara y de los hombros. Dedicamos estos minutos al bien, a Dios. Le pido a los ángeles y al Arcángel Miguel que mientras leas esto te llenen de luz y recibas las bendiciones que Dios tiene para ti.

Ahora, imagina que mientras estás leyendo empieza a entrar una luz blanca por tu cabeza que va recorriendo tu cuerpo por dentro y por fuera. Lleva la atención al corazón e imagina allí una llama, como de una vela, o más grande, o un sol...

Empieza a imaginarte viviendo una vida mejor. Sólo te conectas con la alegría. Hazlo como un niño que está disfrutando de su fantasía, con total libertad para imaginarse alegre, feliz, cumpliendo sus sueños. Sólo lo positivo. Observa sólo lo positivo, el bien que quieres para ti y para los que te rodeen. Sólo lo positivo, lo grande, hermoso, lo digno de un hijo de Dios.

Ahora amplía la pantalla de la película que te estás creando. Empieza a ver a tu país un día soleado, siente la brisa, ve las flores... pasa un automóvil con una suave música que contagia de alegría. Hay confianza entre las personas que se cruzan en la calle, en los semáforos, hay un ambiente de paz, alegría, comodidad, abundancia. Hay calles limpias, hay un aire limpio. Pasa un autobús escolar y se oyen las risas de los niños. Hay paz, abundancia de todo lo bueno, hay alegría. Se siente un aire de espiritualidad; como un día en que muchos, muchos han rezado, han orado, han agradecido la vida, un día de comunión, como en Semana Santa, pero con mucha, mucha alegría y paz.
Te das cuenta de que no es solamente imaginación, sino que lo estás sintiendo, lo estás viviendo y como hijo de Dios, lo estás creando. Estás creando paz, alegría y confianza en este mismo momento; con el poder de tu mente, aunada a seres de luz, a ángeles y Arcángeles, unidos con otros que están haciendo el mismo ejercicio de paz, de crear un mundo mejor... Tu mente es poderosa porque eres hijo de Dios. Cuando tú visualizas con la intención de unirte a Dios, a las fuerzas del bien, es Dios quien está visualizando a través de tu imaginación; y cuando Dios ve, es un decreto irrevocable de que se manifieste esa visión en el plano físico. Así es. Usemos este poder para ayudarnos a crear desde altos planos de energía, conjuntamente con las acciones que tengamos que emprender en el plano físico.  Hazlo, confía...

En este momento, me uno a ti y a todos los seres que estén orando, meditando, creando un mundo mejor, un planeta mejor para todos... nos unimos a todos los ángeles, a nuestro amado maestro Jesús, a la Virgen María,  y en especial al Arcángel Miguel.  Te pedimos Padre-Madre Celestial, Divinidad hecha ángeles y arcángeles que nos hagas instrumento de tu luz divina, para que canalicemos y manifestemos el bien, para que cumplamos tu voluntad divina, que estamos seguros es el bien para todos.

Te pedimos Arcángel Miguel que cortes con tu espada de fuego azul toda oscuridad de nuestra mente, emociones y acciones; de cada uno de nosotros y de nuestro país, nuestro continente y nuestro planeta... corta y libera toda duda de que estamos avanzando, corta y libera, transmuta y disuelve todo lo que nos aleje de la honestidad, el amor, la inteligencia, la rectitud, la bondad, la paz, la justicia y la abundancia de todas las bendiciones que Dios nos quiere dar.

Que la unión de todo el poder de Dios, el poder que mueve a los planetas y a la naturaleza entera, que el Gran Poder de Dios se manifieste para limpiar y purificar y restablecer la luz aquí y ahora. Amén. Gracias ángeles y arcángeles, gracias Jesús, gracias Virgen María, gracias Dios.

martes, 7 de julio de 2015

La pareja como escuela


Siendo la vida en pareja una parte destacada en las prioridades de muchos seres   humanos, bien vale la pena analizarla desde un punto de vista global, integrando los aspectos psicológico, familiar y espiritual.

Por Teresa León
Tener pareja es para muchos una fuente importante de cariño, la base para lograr una familia propia, la seguridad de disfrutar de compañía en la vejez, la satisfacción de las necesidades fisiológicas y hambres psicológicas, la piedra angular para la autorrealización y un largo etc. Para algunos, es primordial, no sólo una de las distintas áreas de sus vidas. 
Hay personas que deciden vivir felizmente solas. Hay que diferenciar a éstas de las que sí quieren tener un relación armoniosa y satisfactoria, pero a pesar de buscarla o intentar mantenerla no la han logrado. ¿Por qué convive con esa persona actualmente? ¿Por qué, a pesar de haberlo intentado tanto, no ha logrado tener una pareja adecuada o estable? Muchas personas, cuando miran hacia esa área de sus vidas, no se plantean ningún tipo de preguntas sobre sí mismos, sus patrones familiares, decisiones previas, miedos, misión de vida, etc. Hay tendencia a pensar que las respuestas -ya sea que se le ponga el nombre de culpa, responsabilidad o causalidad- están sólo afuera. Algunos atribuyen lo que han vivido solamente a una cuestión de suerte y del destino, en la que no tienen ninguna injerencia sus creencias, pensamientos, emociones y actitudes.

En momentos de crisis por una mala relación o por sentirse en una profunda soledad tal vez no sea alentador escuchar que conviene hacerse preguntas sobre uno mismo y sobre lo que podemos estar haciendo para mantenernos en esa situación.

Pero bien vale la pena tomar el área de la pareja como una escuela para conocernos, crecer como persona y tener mejores relaciones. Podemos asumir al compañero como un maestro que nos hace ver cosas de nosotros mismos, y estas pueden incluir el miedo a separarnos o la necesidad de poner límites.

"Yo no tengo la culpa de que todos hayan sido así: hombres con "mamitis", dependientes de la aprobación de su mamá, egoístas, improductivos", señala María Nava, mujer profesional de 35 años de edad, quien por su crianza y personalidad termina asumiendo el papel de mamá y enfermera de sus compañeros sentimentales, hasta que explota por las cargas e insatisfacciones y luego se separa. ¿De dónde aprendió ella que ese era el papel que tenía que asumir en pareja?

Aprendemos por modelaje, viendo cómo se comportaba una figura significativa en nuestra infancia. También adquirimos un patrón de creencias y conductas cuando, consciente o inconscientemente, nos los inculcan en la familia.

¿Mejor solo?
Debido a lo que veían y escuchaban en sus familias durante su infancia, hay personas que recibieron mensajes contundentes y repetitivos con los que llegaron a la conclusión de que no eran dignos de ser amados, de que no conseguirían a nadie que los quisiera. Aprendieron que era mejor no acercarse a la gente, que era "mejor solo que mal acompañado". Estas personas pueden haber quedado programadas para que les vaya mal o para quedarse solas.

En el libro Las mujeres que aman demasiado, la terapeuta y escritora estadounidense Robin Norwood explica que las esposas y novias de sus pacientes alcohólicos le "clarificaron el increíble poder y la influencia de sus experiencias infantiles sobre sus patrones para relacionarse con los hombres". Muchas de ellas desarrollaron en la niñez la tendencia que mostrarían de adultas de entablar relaciones problemáticas y nocivas.

Si en su infancia una persona era rechazada y sentía que nadie la quería, puede haber aceptado la idea de que era mejor no acercarse para no sufrir el rechazo; y tomó esa idea como una orden: quédate sola. Es posible que se case varias veces, o que enviude a temprana edad, o que simplemente nunca se establezca en pareja y termine sola. Muy en el fondo sigue oyendo esa voz que le dice "no eres digna de amor".

Claro está que las relaciones reflejan la riqueza y complejidad del ser humano y no todas responden a la necesidad inconsciente de resolver algo del pasado.
Sin embargo, hay experiencias de la infancia que quedan grabadas como una impronta en la persona. Estas, junto con las decisiones que se tomaron al respecto, marcan pautas de conducta en las emociones y creencias en la vida adulta. Aunque la persona las haya olvidado, estas decisiones siguen estando allí y funcionan como un programa en su disco duro mental que la lleva a alejarse de un tipo de personas y atraer y acercarse a otras en particular, aunque éstas las mantengan en relaciones insatisfactorias. Los conflictos no resueltos de la infancia con alguno de los padres, por ejemplo, pueden reflejarse en la pareja. También las experiencias en la edad adulta pueden llevar a una persona a pensar que una vida armoniosa en pareja es imposible y a decidir no intentarlo. De ahí que conviene que el análisis también abarque esta etapa.



El yo actual
¿Por qué y para qué quiere una pareja? Los motivos pueden ser: para llenar un vacío, por miedo a la soledad, para satisfacer las necesidades económicas o tener a alguien a quien cuidar. Entonces, más que querer a otro buscará resolver una situación, colocando a la pareja como salvavidas. Detrás de ello puede ocultarse la falta de amor propio, de conocer sus potencialidades y capacidades para resolver su vida.

Como señala el psicoterapeuta argentino Jorge Bucay en el libro Amarse con los ojos abiertos: "Muchas personas buscan pareja como medio para resolver sus problemas ¡Qué terrible error! Cuando elijo a alguien como pareja con estas expectativas termino inevitablemente odiando a la persona que no me da lo que yo esperaba. La propuesta es resolver mi propia vida sin esperar que nadie lo haga por mí".

¿Cómo está su autoestima? ¿Cree que merece una buena pareja o en el fondo piensa que si es adecuada, no se fijará en usted? ¿Tiene que dar el doble de lo que da el otro para sentir que merece el cariño y la atención o considera que se lo merece todo y no tiene que hacer nada para cultivar una relación satisfactoria?

Ying - Yang… yo
El equilibrio interno entre nuestro lado femenino y el masculino, entre lo que recibimos y damos, entre lo suave y lo fuerte atrae ese equilibrio en una pareja externa. Nuestra salud mental y emocional atrae a personas con niveles de sanidad similar.

¿Qué cambio interno podría emprender para lograr un cambio en sus relaciones de pareja? Las respuestas no están todas afuera. "Es muy diferente encarar los conflictos que surgen en una relación con la actitud de revisar 'qué me pasa a mí', que enfrentarlos con enojo pensando que el problema es que estoy con la persona inadecuada", señala Bucay. "Muchas parejas terminan separándose a partir de la creencia de que con otro sería distinto y se encuentran con situaciones similares, donde el cambio es sólo el interlocutor", añade.

Si tomamos el área de la pareja como una manera para conocernos y sanarnos tendremos más armonía y riqueza en ese aspecto de nuestras vidas. ¿Qué tipo de relación de pareja desea? ¿Cómo quiere que sea: amoroso, comprometido, generoso…? Cabe preguntarse entonces si es usted una persona amorosa, comprometida y generosa.

Quiérase primero
El tema de la pareja es complejo, no hay recetas únicas que funcionen para todo el mundo.

Sin embargo, hay elementos que ayudan a esclarecer el tema. Uno de ellos es el amor. No basta que haya amor para que una relación funcione, si no tenemos amor por nosotros mismos difícilmente lo sentiremos por el otro, por lo que el primer amor a cultivar y mantener es ese que constituye la base de nuestra autoestima. Es ese amor quizás uno de los puntos de partida para poder ser y tener una pareja armoniosa. Si nos valoramos podemos plantearnos mejorar como personas, ser asertivos para poner los límites con respeto y darnos oportunidades sin criticarnos por las equivocaciones y por lo que otros llaman "fracaso". Mientras mejores personas seamos, mejores relaciones tendremos.
Publicado en www.estampas.com

domingo, 14 de junio de 2015



¿Qué es la fe para ti? ¿Consideras que tienes fe en ti y en Dios?
"Cuando la fe está ausente, la vida carece de significado, mientras que en su presencia siempre encontramos los tesoros del amor divino. Una de las formas de la fe es el servicio: hacer el trabajo de Dios sobre la Tierra. Fe en acción es estar dispuestos a vivir la vida sabiendo con seguridad y certeza que aprenderás de la experiencia, superarás la adversidad y serás sanado". Ralph Blum Y Susan Loughan en Kit de las runas.

Necesitamos esa gran confianza y convicción que llamamos fe. Fe en nosotros mismos, en la vida, en Dios.

Cuando nos falta fe, nos invade el desánimo y la desesperanza, nos sentimos  bloqueados y sin fuerza para alinearnos con las energías superiores.
La fe es una fuerza que nos impulsa a seguir, que nos abre los ojos y todos los sentidos para  darnos cuenta de que la ayuda y las salidas sí están allí aunque no las veamos.

Esa es una de las definiciones de la fe: creer aunque no veamos. Pero no tiene que ser una fe a ciegas, porque seguramente tú ya has confiado en ti en algún momento y has logrado cosas, has podido cambiar una emoción y un estado mental por otro. Ese recuerdo te sirve para saber que puedes confiar nuevamente en ti, como persona con capacidades y como hijo de Dios capaz de recibir su ayuda.

En algún momento seguramente también has vivido algo que te haya dado fe en Dios: una llamada inesperada, un mensaje en los sueños, una sincronía que te hace ver que te están guiando. Es muy probable que te hayan ocurrido pequeños y grandes milagros en tu vida.

Aprendizaje
Lleva la atención a lo que sientes en este momento de tu vida en cuanto a la fe. ¿Tienes una fuerte convicción en que mejorará tu vida,  en que hay un porqué para todo lo que vives  y que te están guiando y ayudando?

El análisis de lo que sientes te enseña a ver cómo estás actuando, qué tipo de pensamientos y emociones son los que prevalecen en ti. ¿Cuáles pensamientos te bajan la fe? Escríbelos. Trabaja con ellos como manera de crecer como persona.  Escribe los pensamientos positivos contrarios y mantenlos presentes, en tu billetera, en la cocina, en el carro.
te invito a seguir la lectura aquí:

lunes, 18 de mayo de 2015

Hábitos para vibrar alto

¿Te gustaría estar  armonioso, con alta vibración, sintiendo la presencia amorosa de Dios en tus ocupaciones y vivencias?
Ante la gran cantidad de distractores, estímulos e informaciones que recibimos a diario que nos pueden empujar a la negatividad, necesitamos estrategias y hábitos para mantenernos armoniosos, sintonizarnos con la ayuda divina y ser canal para enviar las buenas vibraciones a nuestro mundo.

Imagina que eres este personaje que nos cuenta cómo se mantiene en alta vibración en su día a día:
Me despierto y pongo atención al cuerpo, sensaciones y emociones; aumento así mi nivel de conciencia. Doy gracias por el nuevo amanecer ¡Gracias Padre Celestial por la vida y por un día nuevo para disfrutarlo!

Si recuerdo qué soñé, lo analizo y lo dejo en un espacio de mi mente, como un mensaje que se va aclarando a medida en que avanza el día. Ah, porque mi Ser Superior muchas veces me habla en sueños, a través de imágenes, sensaciones, ideas.
Me ducho y doy gracias a Dios por los elementos, el agua, el fuego que la calienta, el aire que respiro... Le pido a mi ángel de la guarda que bendiga el agua y me depure el aura. Con frecuencia, me baño con sal marina, limón, o esencias de rosa para limpiar el aura y energizarme.

Desayuno y, como cada vez que me alimento, bendigo la comida. Gracias Padre-Madre celestial, bendice estos alimentos y la abundancia que me das cada día. Bendigo la abundancia de todos, en especial para todos los niños del mundo.

Con frecuencia desayuno tomando sol en mi ventana.

Le pongo cristales de cuarzo al agua, mantras, bendiciones.

En la vía a mi trabajo escucho las noticias; me informo con moderación. No veo programas ni películas de violencia, melodrama o terror. Nunca el televisor es lo último del día a lo que le presto atención.

En el intercambio con otros, en la calle, la comunidad o el trabajo me abstengo de quedarme solo en las quejas y las críticas. Cada vez que me entero de injusticias, escasez, inseguridad, corrupción, afirmo mental o verbalmente: bendigo el bien en esta situación. Invoco la justicia y el orden divino. Yo contribuyo al bien, Yo soy una persona honesta y correcta. Hago afirmaciones diariamente: Yo soy la resurrección y la vida de la justicia y limpieza aquí y ahora.

Siempre saludo. Saludo en el ascensor, en las oficinas... digo por favor y gracias a cada persona, en especial a los que me prestan algún servicio.

Escucho con atención a quien me habla de lo que está sufriendo. Procuro terminar esa conversación con una frase de apoyo, optimismo y esperanza. Con frecuencia, hago ho'oponopono por todo  lo que me entero: Dios pido perdón por las causas de esta situación que estén en mi subconsciente, me perdono, pido perdón. Invoco la llama violeta del perdón para que sane en mí, y en mi mundo, las causas de lo que sea distinto a la armonía.

En el tráfico, canto varias cosas, en especial mantras.  Si me molesto, respiro y digo en mi mente: te perdono, me perdono, ¡Dios perdónanos; mando luz; te amo Dios, gracias! Y vuelvo a cantar.

Me apoyo y nutro
Cuido lo que me digo, en especial frente al espejo.

Con frecuencia, miro al cielo en la noche, siento la brisa y las estrellas.

Leo; siempre leo algo que me enseñe y me conecte con la espiritualidad.

Trabajo:
Antes de empezar cada trabajo del día, le pido a los ángeles que me guíen. Digo: dedico esto al bien.

Pongo una alarma en mi celular a media mañana y media tarde. Al sonar, reviso mi respiración, mi postura corporal, emociones y pensamientos. Relajo el rostro, sonrío. Es un recordatorio que me ubica en el presente; me percibo y percibo lo que me rodea, es un ejercicio para estar en el aquí y el ahora y aumentar mi estado de alerta serena y nivel de conciencia.

Al recibir dinero, afirmo: Dios, bendice este dinero que me das; y pienso en las palabras: amor, gratitud y respeto, para limpiar los billetes.

Amor y disfrute
Por lo menos una vez al día, saludo a mis familiares y mis amigos, compartimos una carita feliz. Siempre hay motivos para reírnos.

Todas las noches, hago una pequeña oración con mi familia. ¿Qué fue lo que más te gustó del día de hoy? Le pregunto a mi niño. Compartimos el amor y gratitud a Jesús y los ángeles. Virgen María, cúbrenos con tu manto de luz.

Meditación
Todos los días medito o  me comunico con mi Cristo Interno.

Relajo mi cuerpo antes de dormir, antes de acostarme. Doy gracias por el día vivido, hago un recuento de lo que hice y agradezco. Pido purificación energética, visualizo una luz violeta en espiral que me envuelve para depurar mi aura. Me concentro en el amor en mi corazón, y así entro en meditación, para flotar en la luz de dios.

Por lo menos una vez a la semana medito por mi país, visualizo y siento la alegría y el avance para mi país.

Ya de nuevo en mi cama, pido a mi ángel que envuelva mi cuerpo en una protección de luz divina. Pido que mi alma vuele a un templo de sanación y aprendizaje. Agradezco la confianza en que habrá un amanecer y que despertaré, en mi cuerpo físico en el plano terrestre, o del otro lado de la luz.

Gracias Dios por la vida, por un día, una noche más. Gracias por las personas que amo, por todo lo que me has dado y todo lo que estás por darme.

¿Qué tal? Piensa cuáles de estos hábitos adoptarías. Por favor comparte con tus comentarios aquí o por twitter (@teresaleon); cuéntanos cuáles son los hábitos o prácticas que te ayudan a mantenerte en alta vibración.

Algo que repitas por 21 días seguidos se incorpora a tus hábitos. En la práctica está la clave. Pídele al arcángel Miguel constancia y fuerza para arrancar y mantener esos 21 días, luego será más fácil. Recuerda que al subir de vibración contagias a otros con tu alta energía. Al aumentar tu luz, aumentas la luz de todos; todos somos uno.

Al avanzar tú, avanzamos todos.

domingo, 3 de mayo de 2015

Para la elevación de las almas

Los desastres naturales o catástrofes estimulan la compasión y la solidaridad. En esos momentos, la mayoría de nosotros sentimos que no hay barreras de nacionalidad, ideología o religión para el deseo de ayudar y mitigar el sufrimiento humano.

Entre las distintas maneras de colaborar está la ayuda que podemos brindar a las almas que desencarnan en un acontecimiento como un terremoto o un accidente.

Las almas de las personas que mueren repentinamente y en masa pueden quedar aturdidas, confundidas o perdidas; algunos pueden creer que aún están viviendo en sus cuerpos. Podemos interceder y pedir que sean guiadas y elevadas a los planos que les correspondan.

Luz de protección y elevación
Antes de hacer cualquier petición u oración, pide la protección de tu ángel, o de Jesucristo, la Virgen o la Divinidad directamente. Lleva la atención a tu corazón, visualiza allí la luz divina, siente cómo se expande y te envuelve en una esfera de protección.
La luz es símbolo universal de Dios, del bien en su máxima expresión.

Invocamos al arcángel Miguel y a sus legiones de ángeles. Te invocamos arcángel Miguel, te pedimos que cubras con tu luz las zonas afectadas. Les pedimos, ángeles, que formen túneles de luz para que iluminen y  guíen las almas desencarnadas a los altos planos de conciencia.

En servicio amoroso prestamos nuestra mente, como hijos de Dios, para que con nuestra visualización ayudemos a crear, junto a los ángeles, una esfera de luz envolviendo a cada alma que haya dejado su cuerpo en situaciones dolorosas.

Imaginamos cómo miles de ángeles elevan las almas en brillantes esferas de luz.

Por la tierra
El arcángel Zadkiel, del perdón, la transmutación y la liberación, envuelve las zonas afectadas con luz violeta, aliviando los corazones y las mentes de los que han sobrevivido y las almas de quienes han partido.  Su luz penetra en la Tierra y se expande en ondas que van tranquilizando  y armonizando las capas internas del planeta.

La atmósfera de las zonas afectadas se impregna de la energía de liberación, elevación, consuelo  y fortaleza.

Arcángel Zadkiel, pedimos perdón por toda la negatividad que hemos lanzado al planeta, un ser vivo que se sacude para depurarse. Pedimos perdón a los elementales, a cada ser que habita en esta Tierra. Zadkiel, ayúdanos a perdonarnos y perdonar. Libera de nosotros las memorias dolorosas relacionadas con catástrofes y tragedias.

Madre tierra, te pedimos perdón por todo lo que hay dentro de nosotros que esté causando catástrofes y dolor. Dios, todo poderoso, borra de nosotros todo lo que cause sufrimiento a la humanidad.

Amado Jesucristo danos tu fuerza para mantenernos en la compasión y enviar sólo buenos pensamientos y buenas vibraciones a los que están necesitando tu ayuda.

Gracias, gracias, gracias.

viernes, 3 de abril de 2015

La paz sea contigo

  
La paz sea contigo ¿Qué sientes cuando piensas en esas palabras? ¿Qué necesitamos para sentir esa paz? Creerlo, imaginar esa paz, hacer un espacio entre los pensamientos y emociones para sentirla... ¿Qué te aparta de tu paz interior? ¿Cuándo estás en paz contigo?

"Mi paz os dejo, mi paz os doy"... esta otra frase de Jesús también nos puede conectar a El, a ese Dios encarnado que nos vino a enseñar muchas cosas, pero sobre todo el amor.

Vino a enseñarnos que hay un solo Dios y que todos nosotros somos sus hijos, lo que equivale a enseñarnos la hermandad de la humanidad, todos unidos porque somos parte de la luz divina, del mismo Dios universal, unidos con la esencia del amor.

"La paz sea contigo"... podríamos tomarlo como un decreto divino para nosotros. Me imagino a Jesús diciéndolo, con una voz amorosa y potente... que retumba muy adentro: la paz sea contigo.

Busquemos momentos de paz todos los días, y contribuyamos así a la tan famosa paz mundial.

Quiero compartir aquí unos extractos del libro Arpas Eternas, de Josefa Rosalía Luque.
"!La paz sea con vosotros! - les repetía siempre al aparecer. Os dije que no os dejaría solos. Que estaría con vosotros hasta el final de los tiempos; que mi Padre y yo estamos allí donde el amor recíproco florece en eterna primavera!
"Levantad vuestros corazones al que es Eterno Dador de toda vida, y recordad mis palabras: "Vuelvo a mi Padre de donde salí, pero no os dejo huérfanos ni solos en este mundo".
"Desde mi Reino de luz y amor, seguiré vuestros pasos". Como yo lo hice, lo podéis hacer vosotros, porque todas mis obras están al alcance de vuestra capacidad, si hay en vosotros amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a vosotros mismos".
"Vuelvo al Padre, pero mi amor unido al vuestro, no me dejará separado de vosotros". Hasta siempre! 
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Jesús, danos tu bendición para que verdaderamente podamos entenderte, sentirte, y amarte más... para que podamos amarnos a nosotros mismos y amar a nuestro Padre; para que Dios sea mucho más que una idea difusa en nuestra mente, para que se haga la luz en nuestro entendimiento y corazones. Bendícenos a todos, en este instante. Gracias, gracias, gracias.