domingo, 14 de septiembre de 2014

Abundancia


Que la Divinidad se haga presente como una expansión de abundancia de todo lo bueno en nosotros y nuestras vidas, amén!

Si a nosotros, siendo humanos, se nos ensancha el alma al dar amor en hechos concretos y en cosas materiales, me imagino que la mente divina, el amor cósmico, la fuente de toda vida y abundancia,  o sea, la Divinidad, se expande constantemente en olas de amor y armonía al regalar a cada instante vida, amor, oxigeno, fuego, fuerza, fe y todo lo que necesita la Tierra para producir abundancia. Me imagino que se expande en luz cuando nos regala constantemente ideas y recursos para producir abundancia material.

El dinero es energía divina, de amor, materializada. 

Estamos inmersos en realidades colectivas que influyen en nosotros. Pero depende mucho de nosotros cómo reaccionamos y qué hacemos con lo que sucede a nuestro alrededor.
Se ha usado el dinero para manipular a otros, presionarlos o mantenerlos en su zona de comodidad. Esto puede ser una traba para que las personas mantengan sus valores en alto, trabajen con honestidad y busquen a Dios.
¿A quién le conviene mantener a la gente demasiado ocupada y agobiada buscando la comida de cada día? Los que se benefician de distintas maneras; los que quieren mantener a la humanidad dormida...

No permitas que las preocupaciones por lo material te quite tiempo para ocuparte de tu desarrollo integral, de tu despertar y avance espiritual.

No eres víctima de los otros. Eres co-creador de tu vida. La realidad colectiva se une a tus creencias, miedos particulares y todo lo que te coloca en una posición de abundancia o escasez. Por algo estás en esa realidad llamada país.

Pero tú sí puedes trabajar en tu abundancia; al hacerlo ayudas al país y a la humanidad.  Al limpiar la conciencia de escasez y limpiar tus memorias individuales que te afecten en tu vida, estás colaborando con tu familia, con la humanidad. Por resonancia, como ejemplo de vida,  como onda que se expande desde ti, ayudas cuando avanzas.

Recuerda que al encender tu luz iluminas tu entorno.

Individual y colectivo 
Muchas de las causas de la pobreza están en la mente, actitud, creencia, emociones negativas.

Trabajar desde lo espiritual: cambiar creencias, soltar miedos a la escasez, pedir perdón por el mal uso del dinero, dar un diezmo o un servicio consciente para ayudar a otros, cuidar lo que decimos a diario sobre la abundancia, es vital.

Pero también es de suma importancia tomar acciones concretas, en lo material y terrenal, para depurar y mejorar la conciencia de abundancia individual y colectiva.

A medida en que se introduzcan cambios, como por ejemplo campañas en los trabajos públicos y privados para el respeto al tiempo del otro, cumplir horarios, hacer el trabajo lo mejor posible, tratar a los demás con respeto y amabilidad, iremos mejorando con sociedad y humanidad.

Siendo el trabajo una de las principales fuentes de abundancia, es de suma importancia hacerlo bien. En el trabajo pones una energía que se te devolverá de varias maneras.

Prácticas
Imagen de abundancia.  Crea en tu mente una imagen que represente la abundancia y piensa en ella varias veces al día. Puede ser un árbol lleno de frutos, tus despensas con abundancia, mucho dinero en tu cartera, el estado de cuenta bancario con el monto que deseas, etc.

Las palabras. Cada vez que oigas a otros quejarse, afirma para ti: Bendigo la abundancia divina aquí y ahora. Yo soy recibiendo la abundancia de mi Padre.

Hazlo por ti y tu país:  Imagina los estantes de los supermercados llenos de todo lo que necesitamos, queremos y nos gusta y merecemos. Decreta: en mi país, vivimos en abundancia y progreso. Bendigo la abundancia de todo lo bueno material y espiritual para mí, mi familia, mi país, la humanidad.

Poderosa liberación:
Como hijo, hija de Dios, que yo soy, pido la asistencia de nuestro amado maestro Jesús, de los ángeles y arcángeles para que en este momento irradien su poderosa energía de sanación y borren, liberen, transmuten toda creencia, toda emoción y toda acción de esta vida y otras vidas que me hayan alejado de la abundancia.

Como hijo, hija de Dios, que soy renuncio y revoco todas las promesas, juramentos, pactos, contratos, votos y lealtades conscientes o inconscientes que ya no me sirvan para mi avance y mi vida en abundancia.

Pido perdón, Padre, me perdono y perdono todo y a todos. Pido absolución kármica y la liberación de todas las memorias y experiencias distintas a la abundancia y prosperidad, en mi mente y cuerpos.

Lo Siento, Perdóname Padre, te amo, te doy gracias.

La poderosa y sagrada luz divina inundan mi ser y mi vida, limpiando y transmutando;   instalando y ampliando mi conciencia de abundancia.

La energía divina se materializa como la abundancia de todo lo que requiero para cumplir mi misión en esta vida. La gracia divina me acompaña ahora y siempre y con ella produzco, genero y recibo la abundancia de mi Dios, a manos llenas. Amén, que así sea. Gracias, gracias, gracias.

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