miércoles, 7 de mayo de 2008

El equilibrio en el pedir

Hay quienes toman las enseñanzas como la de El Secreto para emprender una carrera loca por lo material, por alcanzar todo lo que se propongan, sin medidas y sin atender su espíritu, su alma o como lo quieran llamar, su lado espiritual. Se enfocan demasiado en lo externo, en su poder mental. Se olvidan del donante (del Padre Celestial), de los valores, del dar, de la gratitud. Lo más importante que hay que pedir es desarrollo espiritual, aprendizaje en armonía y alegría, mayor despertar de la conciencia; y pedir lo material y estar abiertos a recibirlo, pero sin perder la visión del conjunto. Lo material siempre viene como añadidura.
Equilibrio.
Hay momentos de la vida en que la situación económica es un peso, las personas se sienten casi ahorcadas. En esos momentos hay que pedir, obviamente.

Tampoco creo que haya que limitarse en las peticiones. Si necesito un apartamento de 3 habitaciones, ¿por qué voy a pedir uno más pequeño? Sí hay que pedir. Estamos en un mundo material, necesitamos ropa, comida, carros (Internet, of course). Pero si la búsqueda es sólo material, estaremos “escuchando sólo la mitad del sonido”.

A veces se cree que la espiritualidad está desligada de lo material. Hay quienes dicen que la oración no es para pedir algo material. ¿y por qué no? Jesús dijo: “Pide y se te dará”.
Si un hijo pide un pan no se le da una piedra.

Hay que pedir, lo importante es que el deseo sea constructivo y no vaya en contra de nadie. Si un padre común y corriente, un común mortal, quiere darle a su hijo un carro o una casa para que tenga mejor calidad de vida, cuánto más no nos daría la fuente de toda las riquezas y bondades.

Cuando nos proponemos una meta o tenemos una necesidad imperiosa de algo y se lo pedimos a la Fuente de todo lo que existe y buscamos oír sus mensajes (que pueden aparecer cuando uno prende la TV o abre cualquier libro), la búsqueda se convierte en un proceso de aprendizaje. Aunque haya momentos duros y tengamos miedos y dudas, sabemos que saldremos fortalecidos en todos los sentidos, porque tenemos de socios a los ángeles y nuestros guías.

Como dicen “A Dios rogando y con el mazo dando”