sábado, 15 de marzo de 2014

Para los niños

Hola, hoy quiero dedicarle este espacio a los niños, a los jóvenes, a todos nuestros hijos, los hijos de nuestra madre tierra. Los niños son tan sensibles que captan las angustias, preocupaciones y todas las emociones que sienten los padres y personas que los cuidan, aunque no lo pongan en palabras. En momentos de tensión y crisis familiares o colectivas, es muy probable que los niños también se afecten. Necesitan drenar sus emociones y hacer catarsis a su manera. Podemos aprovechar esos momentos, en la medida de las posibilidades, para acompañarlos en su desarrollo, adquiriendo juntos herramientas de inteligencia emocional e inteligencia moral y fomentando su espiritualidad. Algunas herramientas para compartir con los hijos niños (y los no tan niños) Respirar jugando Vamos a jugar a inhalar y retener el aire el mayor tiempo posible, para después soltarlo con todo el cuerpo como si fuéramos globos desinflándose. Luego, tomamos y soltamos el aire por una fosa nasal, mientras cerramos la otra con el dedo pulgar, tres veces por una, tres veces por la otra. Visualización creativa Una herramienta poderosa y divertida es la imaginación, conocida también como la visualización creativa. Se puede usar para relajarse y para soltar emociones desfavorables. Esta imaginación puede ser la puerta de entrada a la meditación con los niños. Aquí les escribo un ejemplo de cómo podemos guiarlos, en un ejercicio que puede llevarse sólo unos cinco minutos: Sentados de una forma cómoda, con la espalda recta, vamos a hacer esto como un pequeño juego. Toma tres respiraciones profundas, con los ojos cerrados. Imagina que tienes al sol del atardecer encima de tu cabeza, un sol que sólo alumbra, no quema. Imagina que va entrando por tu cabeza y sonríes y va por dentro de tu cara; y traga saliva y va por tu garganta y respira y llega a tu corazón; y lo atrapas allí un ratico. Siente cómo es solo luz, oye cómo suena tu corazón, date cuenta que ese sol en tu corazón te da alegría. Cada gota de sangre que pasa por tu corazón se llena de la alegría del sol. Ahora esa luz se estira por todas partes, hasta que te cubre como una burbuja de algodón suave que te cobija y te protege. Respira y date cuenta qué sientes allí adentro de esa burbuja. Cuando quieras abrir los ojos, los abres, das las gracias a la luz... y ya! Es imaginación creativa porque se está creando su burbuja de protección, que también le sirve para sentirse más protegido si tiene algún miedo en la noche. Te invito a seguir la lectura aquí: http://www.estampas.com/blogs/ser-espiritual/140313/al-hijo-de-la-casa-y-a-los-de-la-calle-entera

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