domingo, 29 de junio de 2014

Los colores de la divinidad


Gran parte de la belleza de la vida está en el color. Cada tonalidad con la que se viste el amanecer,  los árboles, los mares, y cada matiz en los alimentos nos nutre de distintas maneras.
Cada color tiene propiedades particulares. Podemos recibir sus beneficios a través de las prendas de vestir, en los alimentos, los ambientes, etc.
Los colores que vemos a simple vista son una manifestación de una energía que tiene frecuencias más elevadas.  Esas energías más elevadas son rayos de luces de color que son parte de la esencia divina, y tienen propiedades específicas. Es lo que se conoce como rayos o llamas divinas.
Así como nos beneficiamos del color en sus formas más terrenas, nos podemos ayudar con sus frecuencias superiores, conectándonos con la visualización y la oración.
Rayo Azul: El arcángel de este rayo es Miguel. Visualiza su resplandeciente espada azul cortando lo negativo y vencido en tu vida. Siente cómo te envuelve su color para conectarte con la protección, la justicia divina, la fuerza y la fe.
Rayo Amarillo: La esencia de este rayo es la sabiduría e iluminación. Pídele al arcángel Jofiel y a sus ángeles que te irradien en tu mente su luz dorada para aumentar en ti la comprensión elevada en cada situación.
Rayo Rosado: Invoca al dulce y potente arcángel Chamuel para que irradie más amor en tu corazón,  sane tus relaciones, aumente tu capacidad de aceptarte a ti y a los demás como verdaderos hijos de Dios.
En tu corazón tienes la chispa divina de estas tres esencias; visualízala, bendícela cada día con la intención de acercarte más a tu esencia divina.
Bendice la llama divina en el corazón de tus hijos, con respeto y amor, y estarás bendiciendo grandemente. Namasté.



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